Tarde, pero ha
llegado, por fin una gran noticia para tantos que han sacrificado su
tiempo en esta lucha. Aunque es un triunfo de todos, sobre todo es un
triunfo para Vertivega, su lucha sin cuartel y sin miedo ha tenido
por fin una respuesta de semejantes características.
Desde Bruselas se
exige el cierre inmediato de Proambiente, una de las mayores
aberraciones medioambientales que se han cometido en nuestro país
(lamentablemente sigue funcionando). La buena labor política
propiciada por la lucha ciudadana ha conseguido que este asunto
llegara lejos, destapando de paso las vergüenzas de muchos políticos
que han mirado para otro lado pese a las reclamaciones de sus
ciudadanos. Se ha llegado a comparar la zona de Orihuela con Nápoles,
donde nuestra particular “Camorra” controlaba gran parte del
tejido administrativo de los ayuntamientos.
Se consiguió
clausurar la entrada oriolana, pero diversos documentos indican que
todavía se sigue trabajando en terreno de la comunidad valenciana.
Aunque se trate de negar, es imposible ocultar lo empírico, aquello
que se percibe por los sentidos. Maquinaria, olor, ruido, imposibles
de maquillar.
La entrada por
Abanilla sigue operativa, un pueblo que con dolor debo afirmar que no
termina de despertar, un lugar donde se alaban los tres meses de
vacaciones que tomó en 2013 su edil. Estamos hablando de destrucción
en todos los sentidos. Medio ambientalmente se tardarán años,
decenas de años en recuperar aquello que en tan poco tiempo ha sido
arrebatado. Estamos hablando de enfermedad, enfermedades derivadas de
la polución y las reacciones químicas que provocan vertidos mal
tratados. Estamos hablando de demografía, pueblos señalados como
sucios, éxodos migratorios y cada vez menos oportunidades laborales.
Ya era hora de que los
que debían actuar actuaran, ya era hora de partirse la cara por un
problema que está por destrozar dos municipios, hectáreas de campo
alimentadas por lixiviados que se extienden por la vasta huerta
oriolana. Unos presuntos maleantes que han tomado aquello que es de
todos para convertirlo en un vertedero, dicho en el sentido más
exhaustivo de la palabra. Llegar y verter, sin más.
Los supuestos
culpables ya están ante la justicia, pero los delitos por los que
son acusados todavía palpitan en la Vega Baja y Murcia. Al norte del
trasvase nada será igual, no puedo hacer otra cosa que mandar todas
mis fuerzas a La Murada y a sus luchadores.
PD: Se menciona en el
artículo lo referente a cala Mosca. En Orihuela Costa están habitadas
una de cada cinco casas, aún los desalmados quieren seguir
construyendo, quieren seguir especulando. No tienen suficiente con
ese monstruoso centro comercial donde sólo se compra en verano.
Ojala el actual gobierno no decaiga a la hora de frenar el descalabro
de una de las zonas naturales más exclusivas del levante.
www.facebook.com/ElHormigueroDeLuisaPastor
www.facebook.com/ElHormigueroDeLuisaPastor
No hay comentarios:
Publicar un comentario