miércoles, 2 de abril de 2014

Europa da la razón a los ciudadanos



Tarde, pero ha llegado, por fin una gran noticia para tantos que han sacrificado su tiempo en esta lucha. Aunque es un triunfo de todos, sobre todo es un triunfo para Vertivega, su lucha sin cuartel y sin miedo ha tenido por fin una respuesta de semejantes características.
Desde Bruselas se exige el cierre inmediato de Proambiente, una de las mayores aberraciones medioambientales que se han cometido en nuestro país (lamentablemente sigue funcionando). La buena labor política propiciada por la lucha ciudadana ha conseguido que este asunto llegara lejos, destapando de paso las vergüenzas de muchos políticos que han mirado para otro lado pese a las reclamaciones de sus ciudadanos. Se ha llegado a comparar la zona de Orihuela con Nápoles, donde nuestra particular “Camorra” controlaba gran parte del tejido administrativo de los ayuntamientos.
Se consiguió clausurar la entrada oriolana, pero diversos documentos indican que todavía se sigue trabajando en terreno de la comunidad valenciana. Aunque se trate de negar, es imposible ocultar lo empírico, aquello que se percibe por los sentidos. Maquinaria, olor, ruido, imposibles de maquillar.
La entrada por Abanilla sigue operativa, un pueblo que con dolor debo afirmar que no termina de despertar, un lugar donde se alaban los tres meses de vacaciones que tomó en 2013 su edil. Estamos hablando de destrucción en todos los sentidos. Medio ambientalmente se tardarán años, decenas de años en recuperar aquello que en tan poco tiempo ha sido arrebatado. Estamos hablando de enfermedad, enfermedades derivadas de la polución y las reacciones químicas que provocan vertidos mal tratados. Estamos hablando de demografía, pueblos señalados como sucios, éxodos migratorios y cada vez menos oportunidades laborales.
Ya era hora de que los que debían actuar actuaran, ya era hora de partirse la cara por un problema que está por destrozar dos municipios, hectáreas de campo alimentadas por lixiviados que se extienden por la vasta huerta oriolana. Unos presuntos maleantes que han tomado aquello que es de todos para convertirlo en un vertedero, dicho en el sentido más exhaustivo de la palabra. Llegar y verter, sin más.
Los supuestos culpables ya están ante la justicia, pero los delitos por los que son acusados todavía palpitan en la Vega Baja y Murcia. Al norte del trasvase nada será igual, no puedo hacer otra cosa que mandar todas mis fuerzas a La Murada y a sus luchadores.
PD: Se menciona en el artículo lo referente a cala Mosca. En Orihuela Costa están habitadas una de cada cinco casas, aún los desalmados quieren seguir construyendo, quieren seguir especulando. No tienen suficiente con ese monstruoso centro comercial donde sólo se compra en verano. Ojala el actual gobierno no decaiga a la hora de frenar el descalabro de una de las zonas naturales más exclusivas del levante.

www.facebook.com/ElHormigueroDeLuisaPastor

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