jueves, 20 de junio de 2013

CARTA AL HORMIGUERO


Debemos ser como hormigas y gigantes.

Hormigas para ser incansables en nuestra determinación y no flaquear ante los obstáculos que, intereses económicos de unos pocos, en coalición, o mejor dicho: en corrupción con degenerados intereses políticos de otros muchos, quieran colocar en el justo y necesario camino que hemos decidido recorrer, para salvar el futuro de nuestra comarca y el de nuestras familias.

Y ya os puedo decir que los obstáculos serán muchos y las trampas numerosas. Pero no debemos olvidar contra qué tipo de intereses y personas nos enfrentamos. Personas, a las que no les importa en absoluto el bien común, personas ruines y miserables, capaces de saltarse sin el menor escrúpulo: normas urbanísticas, leyes de protección del medio ambiente y de la salud de las personas, directivas europeas y cualesquiera otras normas legales que se interpongan en su deshonesto camino.

No hablaré, por supuesto, de normas éticas o principios morales, porque creo que es mucho suponer que esas personas sepan lo que significan esas palabras.

Por eso os digo que debemos ser también precavidos e inteligentes, para no detenernos ante las zancadillas, trampas y engañosas estratagemas que sabemos llevaran a cabo, o mejor dicho, sabemos que ya cometen.

 Porque, aunque cada uno de nosotros seamos como pequeñas y laboriosas hormigas, insectos insignificantes ante sus ojos, a los cuales pueden aplastar por separado, todos juntos, conseguiremos llegar a ser ese gigantesco hormiguero al cual ellos temen, cada vez, somos más y más los ciudadanos que hemos despertado a la realidad, y con ello, ya formamos todos parte, de esa inmensa fila de hormigas que con paso firme e implacable se dirige como una inmensa marea negra para hacer temblar si fuera necesario, los cimientos de todas y cada una de las instituciones públicas secuestradas y puestas al servicio de lo peor de la sociedad.

Puede que exista un lugar en la tierra en el que sus habitantes agachen la cabeza ante consignas políticas e intereses de especuladores, en el que sus gentes, acaten sin más el que los intereses económicos pasen por encima de la salud y futuro de los suyos, pero ese lugar sin duda, no es este, porque las gentes de esta tierra estamos comprometidos con el futuro de nuestros pueblos y familias, y defenderemos hasta el final la tierra que  nos vio nacer y un día nos acogerá, por lo tanto, gritemos todos a una y con voz desgarrada, con la tremenda fuerza que nos da el tener la razón:

NO AL MACRO-VERTEDERO

NO AL VERTEDERO DE TRANSITO

NO AL PLAN ZONAL NÚMERO XVII

SI AL CIERRE Y RESTAURACIÓN DE LAS ZONAS AFECTADAS POR VERTEDEROS

SI A LA SALUD

SI A UN FUTURO SIN HIPOTECAS MEDIOAMBIENTALES

EN NUESRA FUERZA Y ANIMO ESTA SU TEMOR Y CON EL NUESTRA VICTORIA

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